miércoles, 6 de enero de 2010
Para Qué Queremos Más.
Inconfundible estruendo, cena de jovenzuelas. Chukuchuku a todo meter, los franchutes de la mesa próxima lo flipan. De repente se apagan las luces, todo el local a oscuras, el francés con un bocado preparado lo vuelve a flipar, ¡Cumpleaños feliz……..! . Llegó tarde la idea de aprovechar la oscuridad para huir sin pagar, llámese hacer un sinpa. La próxima vez pedimos aquel plato con dos cosas grandes empanadas, parecían consistentes, esta vez nos la metieron.
Decidido a encontrarme, no sé por donde empezar, ni siquiera lo que busco, ¿Qué fui? ¿Jamás alguien lo sabrá? Esperándome en cualquier parte pude observar la magnitud de sus complicaciones. Intenté buscar manuales para comprenderlas, ¿pero qué tengo que comprender? E ahí que de repente me crucé conmigo, noté algo extraño, no era como antes, ni sería como luego, tan siquiera me hice caso, confié en el instinto.
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